El baccarat es un juego de cartas y su resultado depende únicamente de la suerte. El juego requiere que los jugadores apuesten en cualquiera de las dos manos: la mano del banquero o la mano del jugador. Si cualquiera de las manos puntúa ocho o nueve, gana la ronda, pero si ninguna de ellas alcanza el umbral, es un empate.